Esta película hasta dónde se, ha pasado bastante desapercibida por estos lares, a pesar de tratarse de una producción con genuino sabor español, con un debutante Carles Torrensen la dirección y guión del mismísimo Rodrigo Cortés, autor que nos epató con Buried y que logró hacer una de las mejores películas recientes sobre fenómenos paranormales conRed Lights… hasta que la cagó por completo con el final.
Si no la han visto, ahórrenselo y verán un peliculón. Si deciden verla entera, entonces prepárense para ser estafados vilmente.
El argumento de Apartment 143 es de lo más original: en un domicilio se están sucediendo fenómenos extraños, por lo que su propietario decide llamar a un grupo multidisciplinar de investigadores que, cámara al hombro registraran todos los fenómenos que suceden en la casa y…
Claro. Original por la parte de lo que vienen siendo concretamente todos los huevos.
Aún así, lo relativamente novedoso de la historia (científicos devanándose los sesos sobre la verdadera naturaleza de los fenómenos y no panolis con una videocámara que se encuentran con el coco) y la dirección de Torrens consiguen que la película resulte entretenida hasta cierto punto.
Como digo, el exponer la fenomenología a los ojos de la ciencia le da un interés del que carecen la mayoría de los found footages y la mayor parte del metraje se la pasa uno haciendo las mismas cábalas que los investigadores.
Y llevándose algún susto de cojones, punto a favor de esta película que, en mi opinión, sabe donde meter el sobresalto para que te pille con el pie cambiado por muy predispuesto que estés.
Y eso es todo.
Lo que podría haber sido un thriller sobrenatural notable, acaba siendo el mismo puto tren de la bruja del que ya está harto el aficionado al cine de terror, por culpa, de nuevo, de un final que lo echa todo a perder en pos del sustico de turno que hace absolutamente inviable e increíble que eso pueda ser material grabado y encontrado posteriormente (que es dónde se supone que está la gracia del asunto en estos filmes).
No puedo evitar tener la sensación de que el verdadero culpable de que no estemos ante una película sobrenatural de notables dimensiones sea el propio director, que ha reconocido que el guión de Cortés estaba concebido para ser rodado de manera convencional y no como un found footage.
Y lo que es más, estoy convencido de que de haberse rodado como Dios manda(ba hasta que apareció The Blair Witch Project), estaríamos hablando de una película muy distinta.
Sobre todo porque no habría lugar a un final tan sumamente imbécil y gratuíto.
Con todo, junto a la primera Paranormal Activity y las sorprendentes dos entregas deGrave Encounters, puede considerarse una de las películas más potables del subgénero, lo cual, por otro lado, tampoco dice mucho del mismo.
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